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¿Conoces a Sócrates? Uno de los más grandes filósofos griegos

Sócrates es recordado en la historia como uno de los filósofos griegos más importantes dentro de la filosofía occidental y universal, además de ser el maestro de otras grandes mentes de la materia, como Platón y Aristóteles. En el artículo de hoy profundizaremos acerca de la vida de este reconocido filósofo, su biografía, obras y más.

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¿Quién fue Sócrates?

Sócrates fue un filósofo de la antigua Grecia, siendo considerado como uno de los más grande tanto en la filosofía occidental como la universal. Igualmente, se destacó como maestro de Platón, quien pasó a tener a Aristóteles como su discípulo, de esta manera, este trío pasó a considerarse como los pilares de la filosofía de la Antigua Grecia.

Asimismo, este filósofo fue una pieza clave para la transformación de la filosofía griega en un proyecto continuo y unificado. Posteriormente, gran parte de su vida estuvo dedicada a la generación de discusiones con todo el mundo en la ciudad de Atenas, con el objetivo de descifrar si alguno de los habitantes tenía idea de lo que hablaba, sobre todo cuando el tema a abordar era relevante, como la justicia, la belleza o la verdad. Sus enseñanzas no quedaron escritas, sin embargo, al tener muchos discípulos, sus palabras fueron pasando entre generaciones.

Durante su vejez fue víctima de la hostilidad de muchos de la ciudad ya que los pobladores veían a los sofistas como personas que pretendían destruir la piedad y la moral de la misma, por este motivo fue ejecutado en el año 399 a. C. Los detalles acerca de la vida de Sócrates así como sus conocimientos fueron dados a conocer por tres fuentes: los diálogos de Platón, las obras de Aristófanes y los diálogos de Jenofonte. Actualmente no existe ninguna prueba de que el filósofo haya publicado algo de su propia autoría.

Como bien se sabe, Sócrates fue el padre de la filosofía política y de la ética, la cual corresponde como la principal fuente de todos los temas importantes de la filosofía occidental en general. En un mismo sentido, se piensa que la contribución más importante al pensamiento occidental fue su modo dialéctico de indagar, también denominado como el método socrático o método de ”elencos”, el cual era aplicado para exámenes de la moralidad.

En una misma línea de ideas, los historiadores tradicionales señalan que los filósofos anteriores a la época de Sócrates (con la excepción de Demócrito) se denominan como ”presocráticos”, mientras que los influenciados por Sócrates se les conoce como ”socráticos mayores” (Platón y Aristóteles) y ”socráticos menores” (megáricos, cínicos y cirenaicos).

Biografía

Sócrates nación en la ciudad de Atenas, en donde también vivió durante los dos últimos tercios del siglo V a. C.,​ que es conocida como la época más maravillosa de la historia de su ciudad natal, y de toda la antigua Grecia. Su padre era un Sofronisco, de profesión cantero, por lo que durante su joven vida era llamado Σωκράτης Σωφρονίσκου que al traducirlo significa ”Sócrates hijo de Sofronisco”. Por otro lado, su madre Fenáreta era una comadrona, emparentados con Arístides el Justo.

Según Plutarco, cuando Sócrates nació, su padre recibió un consejo del oráculo en el que se le pedía que el niño creciera a su tiempo, sin oponerse a su voluntad ni reprimirle sus impulsos. Sin embargo, esto no es del todo afirmado, puesto que ni Jenofonte ni Platón mencionan en sus escritos dicha intervención del oráculo, lo cual da a pensar que esta tradición fue impuesta mucho tiempo después.

En lo que respecta a su educación, fue muy tradicional con las materias de literatura, música y gimnasia. Algún tiempo después se familiarizó con la dialéctica y la retórica de los sofistas. En un principio, Sócrates siguió el trabajo de su padre, realizando así una serie de estatuas de las tres Gracias, que estuvieron en la entrada de la Acrópolis hasta el siglo II a. C. Su maestro principal fue el filósofo Arquelao quien fue el responsable de introducirlo en cuestiones sobre la física y la moral.

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Contrajo matrimonio con Xantipa (o Jantipa), una mujer perteneciente a una familia noble. Según lo estableció una antigua tradición, esta mujer trataba de una manera negativa al filósofo, aunque en los escritos de Platón sobre la muerte de Sócrates en el Fedón, narra que entre el matrimonio se mantenía una relación normal y respetuosa.

Durante la guerra del Peloponeso contra Esparta, este filósofo sirvió como hoplita con gran valor en las batallas de Potidea en el 432 a. C.-430 a. C., Delio en el 424 a. C., y Anfípolis en el 422 a. C. En un mismo sentido, mostró también gran obediencia ante las leyes de Atenas, pero evitaba la política. Tenía la fiel creencia de que podría servir más a su país al centrarse en la filosofía.

En cuanto a su aspecto físico, se sabe que era un hombre de baja estatura, vientre prominente, ojos saltones y nariz muy respingona, su figura general era motivo de burla entre los habitantes de su ciudad. El filósofo Alcibíades lo comparó con los silenos, los cuales eran los seguidores ebrios y lascivos del dios griego Dioniso.

Por otro lado, Platón pensaba que este filósofo debía ser conmemorado desde el día en que le lavó los pies y le puso sandalias, mientras que Antifón, el sofista, alegaba que ningún esclavo querría ser tratado como él se trataba a sí mismo. Sócrates llevaba siempre la misma capa, y era tremendamente avaro en cuanto a comida y bebida.

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Desde muy temprana edad era el blanco de los habitantes por la manera tan peculiar de sus razonamientos y su fácil manejo de las palabras, además de la fina ironía con la que hacía sus tertulias con los ciudadanos jóvenes aristocráticos de Atenas, a quienes les preguntaba sobre su confianza en opiniones populares, aunque generalmente de su boca no salía ningún tipo de enseñanza.

Obras

Como hemos mencionado anteriormente, el filósofo Sócrates no dejó ningún escrito acerca de su forma de pensar, esto se debe a que creía que cada persona debía ser capaz de desarrollar sus propias ideas. La mayoría de sus pensamientos son conocidos gracias a los testimonios de sus discípulos: Platón, Jenofonte, Aristipo y Antístenes, en su gran medida.

Asimismo, tampoco fue el fundador de algún tipo de escuela regular sobre la filosofía. Todo lo que se conoce acerca de sus conocimientos proviene de las mismas obras de Platón, que atribuyó sus propias ideas a su maestro, y describió a Sócrates escondiéndose detrás de una irónica profesión de ignorancia, también denominada como la ironía socrática, con gran ingenio y agudeza mental.

Además de los discípulos ya mencionados, también tuvo otros discípulos y oyentes, entre los cuales se puede hacer mención de Euclides de Megara, Fedón de Elis y Esquines de Esfeto.

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Los aportes a la filosofía de Sócrates

Como ya se ha podido mencionar, a Sócrates se le atribuye la creación de la filosofía moral, es decir, aquella que es capaz de hacer reflexión sobre las concepciones que hasta entonces eran atribuidas a los actos propios de la naturaleza que carecían de un porqué.

De esta manera, el filósofo introdujo la filosofía y la reflexión en los hogares de Grecia, generando así un nuevo interés acerca de la vida cotidiana, de las virtudes y los vicios, del bien y el mal. Igualmente, su modo de pensamiento se podría integrar con cualquier aspecto de la vida, ya que para el nada carecía de importancia.

Según los diálogos de Platón, en donde Sócrates es el principal orador, el mismo era mostrado como un escéptico ante cualquier tema. El filósofo griego impulsó la deseo de encontrar la mirada objetiva sobre conceptos sociales, como la justicia y el poder, que para el momento eran dados por sentado o sobreentendidos por el ciudadano común.

Al contrario de sus predecesores, centrados en temas científicos, el mismo empezó a abordar por primera vez la problemática de la ética en distintos aspectos del ser humano, así como en lo correcto o incorrecto de su accionar frente a determinadas circunstancias.

La discusión y el debate era el medio principal que tenía Sócrates para la exposición de ideas. Frete a las personas que dudaban sobre sus habilidades se mostraba como un ignorante, considerando que solo a través de la discusión era capaz de enriquecer su conocimiento.

De un mismo modo, las discusiones y debates eran eran el resultado de la examinación y reflexión profunda acerca de un tema. Cada una de las corrientes y posiciones filosóficas que han surgido desde entonces mantienen la exposición de sus ideas, revelando el carácter analítico y no solo contemplativo de la filosofía.

Otro aporte realizado por Sócrates fueron las definiciones generales sobre ciertas temáticas y el uso del argumento inductivo como medio para intercambiar ideas. Asimismo, el filósofo sostenía que a través de la búsqueda auténtica del conocimiento se podría percibir la verdadera esencia de un hombre.

Al ser conocido por sus expresiones irónicas, Sócrates las empleaba a su favor como un modo de expresión con el propósito de dejar al descubierto las falsas pretensiones o malas intenciones de otros hombres que buscaran desprestigiarlo.

El alma

Tanto Sócrates como su discípulo Platón estudiaron la concepción de la psique, lo que ellos consideraban el alma. La influencia de este hecho sobre la actual ciencia de la psicología es evidente, siendo su nacimiento producto de la reflexión sobre los contenidos de nuestra mente derivados de éstos y otros autores.

El humano esta conformado por cuerpo y alma. Para Sócrates el alma es algo que existe dentro de cada uno, pero que no puede ser captada por ninguno de los sentidos. Argumenta que el poseer alma va de la mano con lo que somos capaces de realizar. Asimismo, la misma vendía siendo un sinónimo de alma racional, de inteligencia. De igual manera, el alma tiene un aspecto práctico, vinculada con lo que nos permite elegir nuestra acción.

Por otro lado, su discípulo Platón separa lo real de dos maneras: Lo positivo que vendría siendo el alma, lo inteligible, el cielo y lo negativo concebido como el cuerpo, la tierra, lo sensible. A partir de estos argumentos y sus reflexiones acerca del Estado ideal, Platón estableció una división en cuanto a la conformación del alma humana.

En el interior del hombre se encuentran la razón (localizada a la altura de la cabeza), el coraje (en el pecho) y los apetitos (zona baja del torso). Estas son las estructuras responsables de mover al hombre y las que los motivan a elegir sus acciones.

En un mismo sentido, en el caso del hombre que desea gobernar, Platón era partidario de aquel que lo dominara la razón y la sabiduría por sobre otros impulsos. Dado que el mismo siempre estaría en la búsqueda de la verdad y la justicia.

Antropología

Para este filósofo el objetivo final de la filosofía no es el convertir a los hombres en eruditos, sino en volverlos conscientes, aun más, críticamente consciente de sus ideas y de sus acciones. Por lo que sus debates y discusiones estaban guiadas siempre a este tema, le preguntaba a los hombres si alguno de ellos era consciente de algo de su persona, si sabía qué cosas eran la verdad y saber, si eran capaces de comprender los valores que el hombre posee.

Las preguntas que Sócrates realizaba siempre eran: ”¿Qué entiendes tú propiamente por esto? ¿Qué piensas sobre ello? ¿Cómo lo probarías? ¿Miraste las consecuencias que de ahí se sacan y si concuerdan con tus primeras afirmaciones?”. Cada vez las respuestas de las personas afirmaban lo que el sabía, que nadie sabe nada.

En un mismo sentido, salía su clásica frase: ”Sólo sé que no sé nada”, y por esta frase es que salía su ironía. En el fondo, cada hombre busca en su propio interior con el objetivo de comprenderse a sí mismo, dudando de todo lo que trata de influir sobre él. De esta manera, por medio de este dominio de su persona era capaz de ejercer control de la razón sobre los instintos, en donde también se forma el concepto de libertad interna.

Lo que le interesaba al filósofo iba más allá de la independencia con respecto a cualquier norma vigente, sino que buscaba la autonomía del imperio ejercido por el hombre sobre sí mismo. La autonomía moral en este sentido socrático tenía como significada la independencia del hombre con respecto de la parte animal de su naturaleza.

Según el mismo argumenta que todo nuestro conocimiento parte de los casos concretos de la experiencia, al tomarse estos casos como peculiaridad, podemos chocar con aspectos iguales uniformemente repetidos, y somos capaces de encontrar los puntos que guardan en común.

Sócrates insistía en preguntar antes qué es, en definitiva esa pregunta es la que forma el conocimiento en el conocimiento de sí mismo y en el conocimiento de la verdad misma. Igualmente, alegaba que era bueno quien sabe, y obra en consecuencia. Para Sócrates, el que sabía que era bueno obraba de buena manera, ya que nadie hace lo incorrecto sabiendo lo que es bueno.

Para él, la maldad en realidad era falta de conocimiento. Por lo que el mal en líneas generales era la falta de conocimiento y de la importancia que cada individuo reviste para la comunidad. De esta manera, la virtud era conocimiento. En efecto, en cuanto al nivel moral lo que es realmente importante no es la mera y pasiva recepción de contenidos morales ya dado, sino la toma de consciencia de sí mismos.

La acción debe ser el resultado de la previa reflexión del individuo que dialoga consigo mismo. Es a partir de esta interacción con la propia persona, de este razonar con uno mismo es la manera en la que se puede tener acceso a la verdad, a lo que es el bien y a lo que debe hacer.

Esto es lo que se define como racionalismo socrático en donde a lo que se acceso no es al bien absoluto, sino a un bien concreto, es decir, a un bien que se encuentra basado a las circunstancia en la cual se encuentra el individuo, ya que estas pueden variar según las experiencias de la persona.

Sócrates nunca se dirige al hombre abstracto, al contrario se refiere a los hombres reales y concretos, dando la invitación a que los mismos se den cuenta de lo que realmente saben. Para tener virtud es preciso de que cado uno haga su propio razonamiento, es decir, por una parte deben ser capaces de realizar bien su propia profesión sabiendo que en esto radica el bien y la contribución del individuo a la comunidad.

La mayéutica

Durante una gran parte de su vida, Sócrates se dedicó a vagar por las plazas, mercados, palestras y gimnasios de Atenas, en donde tomaba a los jóvenes aristócratas o a gentes del común (mercaderes, campesinos o artesanos) como interlocutores para poder tener largas charlas, con frecuencia parecidas a largos interrogatorios. Este tipo de conducta, sin embargo, era la esencia de su sistema de enseñanza, denominado como la mayéutica.

Una comparación habitual que hacía el filósofo acerca de este método era que representaba lo mismo que ser una comadrona (como su madre). Él explicaba que se trataba de llevar al interlocutor a alumbrar la verdad, a descubrirla por sí mismo ubicada en el interior de su alma, a través de una conversación en el que el filósofo proponía una serie de preguntas y oponía sus reparos a las respuestas recibidas, para que al final fuera posible reconocer si las opiniones iniciales de su interlocutor eran su propia verdad o lo que creía que era conocimiento.

En sus conversaciones, tal y como se ven expuestas en el libro Diálogos de Platón, Sócrates maneja una serie de pautas precisas que configuran el llamado diálogo socrático. Por lo general, el inicio de la conversación partía de la alabanza de la sabiduría de su interlocutor para luego presentarse a sí mismo como un ignorante, esta actuación el filósofo la denominó como ironía socrática, que preside la primera parte del diálogo.

En ella, Sócrates proponía una pregunta y elogiaba la respuesta del interlocutor, posteriormente oponía la respuesta con sucesivas preguntas o contraejemplos sus reparos a las respuestas recibidas, haciendo que el interlocutor cayera en la confusión y admitiera que en realidad no sabía nada acerca del tema inicial.

Que la persona llegara a este resultado final era el punto importante de la mayéutica, ya que no se puede enseñar algo a alguien quien piensa que ya lo conoce. El primer escalón para alcanzar la sabiduría es el admitir que no se sabe nada, o, dicho de otro modo, hacer consciente el propio desconocimiento.

Luego de que es admitida la ignorancia, se puede dar inicio a lo que realmente es la mayéutica, por medio del diálogo, con nuevas preguntas y razonamientos, Sócrates lo que hacía era guiar a sus interlocutores a encontrar la verdad por medio de una respuesta precisa a la cuestión planteada, de modo tan sutil que la verdad parecía surgir de su mismo interior, como un descubrimiento propio.

Critica al sistema democrático

En líneas generales, dentro del libro VI de la República, en diálogo con Adamantio, se puede ver reflejado el como el filósofo Sócrates cuestiona el sistema electoral de la democracia griega. El hacer que las personas del pueblo voten pero sin bridarles una educación suficiente el mismo alega que es una decisión irresponsable y carece de cualquier justificación.

Como se puede apreciar en los días actuales, el sistema electoral se encuentra basado en el marketing político en toda la acepción de la palabra, cuyo epítome es la eficacia. Esto unido también a otras prácticas como la construcción de la imagen del partido y del político consistente en el diseño, así como el diseño de todas las estrategias necesarias para obtener la mayoría de los votos y hacer menos la imagen del oponente.

El marketing político es un aspecto esencial dentro de la sociedad del espectáculo y del mundo de la opinión. Se tiene la idea de que el político debe ser idóneo en retórica, con el fácil manejo de la palabra, esto último cae en un error constante en la población, ya se se asume que porque una persona pueda manejar las palabras a dirigir entonces la misma posee una inteligencia superior a la del resto.

Años atrás, el filósofo se oponía a este estigma del pensamiento, puesto que las consecuencias resultantes son indeseables. El resultado final de la democracia es la demagogia, la politiquería, los populismos de todo tipo, en otras palabras, termina siendo una dictadura. Esto se debe a que desde hace muchos años las grandes multitudes siempre han sido fácilmente manipuladas por palabrería y todo tipo de íconos.

La lección que intenta dejar Sócrates es muy sencilla: una democracia que se basa en sistemas representativos, o delegativos, por ejemplo, en realidad es una falsa democracia. Entonces queda claro que es requerido otro tipo de democracia, una en la cual se emplee el reconocimiento explícito de que la democracia es el gobierno de un pueblo libre e instruido, en donde no se manipule o se venda en este caso mediante las estrategias del marketing político, en toda la acepción de la palabra.

La pena de muerte a Sócrates

A pesar que durante la mayor parte de su vida fue un patriota y un hombre de profundas convicciones religiosas, Sócrates fue víctima de la desconfianza de sus contemporáneos, a quienes no les gustaba la nueva postura que tomó frente al Estado ateniense y la religión establecida, oponiéndose a las creencias metafísicas de Sócrates, que argumentaban ”una existencia etérea sin el consentimiento de ningún dios como figura explícita”.

Fue acusado en el año 399 a. C. de imponer nuevos dioses y corromper la moral de la juventud, al alejarla de los principios de la democracia. En caso contrario, el filósofo se manifestó devoto de los dioses, ya que no pretendía integrar nuevas entidades, a lo que alegó:

”¿Cómo podría yo introducir nuevos dioses por decir que una voz divina se me manifiesta para indicarme lo que hay que hacer? Por otro lado, que la divinidad sabe de antemano lo que va a suceder y que lo anuncia con señales a quien quiere, tal como yo lo digo, lo dicen también todos y lo creen. Pero mientras estos llaman, augurios, voces, coincidencias y adivinos a los que les anuncian las señales, yo lo llamo genio divino y pienso que al llamarlo así, me expreso de manera más veraz y piadosa que los que atribuyen a las aves el poder de los dioses”.

A pesar de este argumento, igualmente fue condenado a muerte aunque su condena se cumplió en una escasa mayoría. De acuerdo con la práctica legal de Atenas, Sócrates realizó una réplica irónica a la sentencia de muerte del tribunal proponiendo el solo pagar una multa dado el escaso valor que tenía para el Estado un hombre dotado de una misión filosófica.

Ha sido todo por el artículo de hoy, esperamos que la información proporcionada haya sido de gran ayuda. Le hacemos la invitación a leer también: Panteón de Agripa y templo de Apolo en Delfos

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