Templo de Apolo en Delfos

El templo de Apolo en Delfos, su historia y distintas épocas

El Templo de Apolo en Delfos es una reliquia de mucho valor para la cultura griega y su historia inspira a conocer un poco más de este famoso santuario y de este dios tan polifacético de la mitología griega. Entérate acerca de este templo en cuanto a cuándo fue construido, cómo es su estructura y la importancia de este legado de la Grecia antigua.

Templo de Apolo en Delfos

Acerca del Templo de Apolo en Delfos

El Templo de Apolo en Delfos es la edificación que se encuentra emplazada en un paisaje que conjuga campos de almendros con bosques de pinos, en la ladera del monte Parnaso, en la población de Delfos, cerca de la costa norte del golfo de Corinto, Grecia.

En este entorno se ubica este templo panhelénico, enclavado en la población de Delfos, el cual fue dedicado al idolatrado Apolo.

Apolo es uno de los más reconocidos y nombrados dioses de la mitología griega y uno de los dioses olímpicos más sobresalientes por las múltiples cualidades que poseía, razón por la que se le dedicaron gran cantidad de templos.

Templo de Apolo en Delfos

Se halla también en este santuario el célebre Oráculo de Delfos, que fue uno de los centros religiosos más importantes del mundo helénico, al que acudían centenares de peregrinos a buscar la ayuda y orientación del dios.

Es uno de los santuarios más antiguos y visitados de las edificaciones griegas y fue centro religioso y político de la Grecia antigua.

La leyenda nos habla de que este templo fue construido justamente en este monte Parnaso, pues se decía que allí moraban las Musas de la inspiración, ocultas en las profundas grutas del monte que resultaban inaccesibles al humano.

Templo de Apolo en Delfos
Monte Parnaso

Del Parnaso emanaban manantiales que surtían a la fuente Castalia, circundada por bosques de laureles consagrados a este mismo dios.

A dichas aguas acudían a bañarse los peregrinos para purificarse antes de poder acceder al templo para consultar el oráculo de Apolo.

Este es el lugar en el que prevalecen las ruinas del Templo de Apolo en Delfos, santuario que, de acuerdo con los estudios arqueológicos realizados, data del siglo IV a. C.

Templo de Apolo en Delfos

Se ubica a unos 700 metros sobre el nivel del mar, desde es posible ver los formidables valles de oliva de Cirra, puerto por el que llegaban a Delfos la gran cantidad de peregrinos.

Allí, en este paraje Apolo estableció su oráculo, que muy pronto fue conocido por todos y se convirtió en centro espiritual del mundo helénico. A él podían ir griegos y peregrinos de tierras foráneas para consultar sobre cualquier inquietud, donde una sacerdotisa, llamada Pitia o Pitonisa en memoria a la serpiente que antes estaba allí, para responder sus interrogantes.

Templo de Apolo en Delfos

La función primordial del oráculo no era la de predecir el futuro, sino de orientar en las decisiones políticas sobre la mejor conducción de las ciudades.

Sin embargo, al santuario la gente se acercaba para buscar soluciones a sus problemas particulares y predicciones sobre su futuro.

En este templo se resguardaban, además, grandes tesoros y se convirtió en un recinto honrado por los hombres, en el que se revelaban secretos de los dioses inmortales.

Las investigaciones han revelado que fue construido por los arquitectos Trofonio y Agamedes.

Templo de Apolo en Delfos

Hubo una época que se le llamó “Templo de los Alcmeónidas”, como un tributo a la familia que aportó los recursos para su reconstrucción tras el devastador incendio que lo destruyó en el siglo VI a. C.

El templo y el oráculo existieron hasta el año 390, cuando el emperador cristiano, Teodosio I, ordenó su destrucción junto a gran parte de las estatuas y obras de arte, en nombre de la Cristiandad, con el fin de borrar todo rastro del paganismo.

En 1987 la Unesco declaró a este santuario Patrimonio de la Humanidad.

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Historia del Templo de Apolo en Delfos

La historia mítica narra que el dios Apolo ordenó a unos marineros cretenses que levantaran un santuario en la localidad de Delfos, región de Fócida, específicamente en el sitio donde vivió la serpiente Pitón.

Se le dio ese nombre “Delfos” en conmemoración a que el dios se les había aparecido a los marineros con forma de delfín.

La leyenda relata que fue en Delfos en donde cayó el “ónfalos” o piedra que Crono se tragó creyendo que era Zeus. Además, la leyenda agrega que Zeus envió a sus dos águilas a que ubicaran el sitio donde dejar el ónfalo y ambas cruzaron sus vuelos sobre la ladera del Parnaso y allí lo depositó Zeus, convirtiéndose en el ombligo del mundo, que marca el centro del mundo, según la mitología griega.

Y fue allí que donde Apolo decidió fundar uno de sus principales santuarios, una vez que pudo derrotar a la serpiente Pitón, que solía morar allí apoderarse de sus riquezas y sabiduría.

Pitón era realmente la deidad Gea, representada como una diosa-serpiente y que se había adueñado de Delfos.

Templo de Apolo en Delfos

Asimismo y de acuerdo con el mito que se narra en el himno homérico de Apolo, esta diosa Gea solía transformarse también en dragón y deambular cerca de la fuente Castalia de Delfos, ocasionando muchas desgracias a los hombres por su extraordinaria fuerza y salvajismo.

Sin embargo, Apolo logró vencer a Pitón con su arco y establecer finalmente el santuario y el oráculo.

Templo de Apolo en Delfos

¿Cuándo fue construido?

Es un edificio característico de la arquitectura griega clásica, que se erigió en el siglo IV a. C. sobre los restos de un templo anterior. Sus ruinas son vestigios del macizo templo de ese estilo dórico tipo períptero, que albergó al oráculo en los tiempos de esplendor de Grecia .

Las excavaciones arqueológicas han revelado que en el siglo VIII a. C. existieron en este mismo lugar de Delfos otros edificios sagrados.

Así lo relataba también el historiador griego del siglo II d. C., Pausanias, quien señalaba que,previo al Templo de Apolo, se habían construido tres templos distintos, ya que el primero fue hecho con laurel, otro con cera de abeja mezclada con plumas del siglo VII a. C. y el tercero con bronce del siglo IV a. C., sobre el cual se erigió el de Apolo.

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¿Cómo era el Templo de Apolo en Delfos?

Se construyó siguiendo el estilo dórico, incluyendo los elementos típicos de este estilo arquitectónico. Se puede apreciar una estructura de 6 x 15 columnas, de allí la denominación de edificio hexástilo.

Sus dimensiones de 190 por 135 metros y estaba completamente rodeado por una cerca sagrada llamada “períbola”. En esa superficie se distribuían las salas del templo; a saber: Pronaos, nao, ádicton y opistodomos.

Fue construido con toba, un tipo de piedra de origen volcánico, y caliza gris y estaba recubierto de estuco blanco imitando el mármol.

Los expertos señalan que las esculturas que se incorporaron al frontón fueron obra de los escultores atenienses Praxias y Andróstenes. De ellas solo se conserva una estatua de Dionisio, que se resguarda en el Museo.

En la sala subterránea que está en la parte posterior de la nao, se encuentra un acceso a una escalera que bajaba al áditon, lugar donde la sacerdotisa de Apolo llevaba a cabo las ceremonias adivinatorias y ofrecía sus oráculos confidenciales, que eran interpretados y transcritos luego por los sacerdotes.

Templo de Apolo en Delfos

Se halla también en esa sala el trípode que cubría la hendidura por donde emanaban los vapores con los poderes adivinatorios que inspiraban el oráculo.

A esa sala subterránea sólo podían entrar las sacerdotisas, quienes inhalaban dichos vapores provenientes del cuerpo soterrado de la serpiente Pitón. Estos gases y la dádiva de Apolo conferían a las pitonisas el poder de la profecía.

Templo de Apolo en Delfos

Próximo al templo se encontraba, como se ha señalado, el ónfalo sagrado, la piedra en forma de medio huevo que la mitología dice es el “ombligo del mundo”.

Las columnas del templo sostienen el entablamento, el cual consta de arquitrabe, parte inferior que se apoya directamente sobre las columnas, los triglifos, ornamentos rectangulares del friso dórico, y las metopas o piezas rectangulares del friso entre dos triglifos.

Todas estas piezas soportan al frontón cuyo tímpano, que es el espacio triangular entre los dos lados inclinados,  está decorado con figuras humanas en la parte central y animales en los sitios de menor altura.

Se hicieron efectos para compensar las deficiencias de la visión humana y lograr se percibiera la belleza y perfección que caracterizaba la cultura griega.

Templo de Apolo en Delfos

Ejemplo de esos efectos fue utilizar correcciones ópticas con gran cantidad de líneas horizontales, columnas más anchas en el exterior.

Era una auténtica acrópolis protegida por murallas con fuentes, un teatro y grandes recámaras individuales para las ofrendas discriminadas según las ciudades de procedencia.

Las ofrendas que dejaban los consultantes del oráculo consistían sobre todo en obras labradas en diversas piedras preciosas, en oro y bronce. Era un oráculo visitado por miles de personas de diferentes partes de Grecia y de tierras lejanas.

Época neolítica

Se comenzó a ocupar esta locación de Delfos entre el quinto y cuarto milenio a C., en la época del Neolítico.

En las proximidades del Templo de Apolo, que se considera desde los orígenes como el corazón de Delfos, se han encontrado, como evidencias de dicha época, restos, utensilios de piedra y fragmentos de vasijas que datan del  período heládico antiguo (3000-2000 a. C.) y al heládico medio (2000 a. C.-1600 a. C.) en los sectores sur y este del templo.

Templo de Apolo en Delfos

Época micénica

En esta época no se ejecutaron grandes trabajos en el templo, exceptuando la instalación de habitáculos de pastores, hechos en madera y ramas, hasta este período heládico reciente o época micénica. Tampoco se encontraron sitios o santuarios para culto tipo oracular.

Los estudiosos de esta materia han podido corroborar parte de las leyendas que existían con respecto a la fundación en esta época, en particular lo referente a la presencia de los pastores, señalada por Diodoro Sículo.

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Por otra parte, Pausanias, en sus escritos, también habla de la antigua creencia sobre que existieron, tal como se dijo antes, cuatro templos antes de la época clásica, en el mismo sitio en el que se erigió el de Apolo del siglo IV a. C.

  • El primero levantado en la época heládica media o antigua con ramas de laurel provenientes del valle de Tempe, en la Tesalia septentrional y según el escrito, se asemejaba a una colina.
  • El segundo fue erigido por abejas con cera y plumas, mostrando una forma alveolar, semejante a las tumbas de tholos,también referidas como tumba de cámara o de cúpula, que fue tipo de sepultura muy común en esta época micénica.
  • El tercero fue hecho por el dios Hefesto en bronce y se le relaciona con un santuario adornado en bronce del siglo XIII a. C.
  • El cuarto fue construido en piedra y se le ubica históricamente en la última parte de la época micénica, o en el periodo llamado geométrico, es decir, los siglos XII al X a. C.
Estadio

Las investigaciones arqueológicas del lugar también han podido encontrar diversas edificaciones rectangulares en forma de ábside, que es la  parte posterior del altar mayor con planta semicircular, poligonal y cubierta por lo general por una bóveda.

Estas edificaciones se remontan a los siglos XIII y XII a. C. y se estima que habría un megarón en el lugar del propio templo, que funcionaba como residencia del jefe del pueblo, aun cuando no hay evidencia arqueológica al respecto.

Templo de Apolo en Delfos Hacia la zona denominada Marmaria, fueron halladas otras tumbas al oeste del santuario. Este es el sitio donde se descubrieron huellas más concretas de la existencia de un lugar de culto. Se cree que fue un santuario para la diosa Atenea, pues el de Gea debería haber estado en el templo de Apolo.

Eran edificios hechos de albarradas, o muros de piedra, y de adobe.

En el lugar se han encontrado diversas estatuillas de sacerdotisas o deidades, la más impresionante es la de una mujer desnuda, sentada sobre un trípode con las piernas separadas, pues se trata del primer testimonio de la existencia de una profetisa en el oráculo.

Por la cantidad de ídolos y, en particular, imágenes y figuras en forma de toro encontradas en la base del templo de Apolo, lleva a pensar que ciertamente ya era un lugar de culto y no residencia de un jefe.

Asimismo, se han encontrado fragmentos de ritón o recipiente de origen cretense que terminaba en cabeza de león, propio de la prehistórica Pitón. No se han encontrado evidencias certeras de cuándo Apolo se asentó allí.

La cerámica descubierta dan muestra de que hay continuidad en cuanto a la ocupación del sitio durante el periodo llamado oscuro o dórico, que arqueológicamente corresponde al submicénico (1100 – 1025 a. C., al protogeométrico (1025 – 900) e inicio del geométrico propiamente dicho, entre el año 900 y el 700 a. C.

Se cree que Apolo se apoderó del templo y de todo el santuario durante estos siglos, sin que se reemplazara al antiguo dios Peán o Peane.

Además, resulta un tanto sorprendente comprobar que el resto de las evidencias del culto de Apolo délfico en época histórica solo se ubiquen en Creta, lo que induce a pensar sería el sitio de donde él salió hacia Delfos, remitiéndonos a la época micénica.

Época histórica

La historia griega nos da cuenta de la primera guerra sagrada que se desató en el año 600 a. C. y que perduró por diez años.

Se originó porque la población de Cirra impuso a Delfos fuertes tasas que perjudicaron a los delfios, hasta tal punto que la anfictionía délfica o liga, en un principio de índole religiosa, de doce tribus griegas y apartada de cualquier confrontación, declaró la guerra a Cirra.

Tras penosas y prolongadas luchas, Cirra quedó destrozada y su territorio fue confiscado en beneficio del santuario. Por tal motivo, los delfios se apoderaron del oráculo, mientras la anfictionía asumió la administración del santuario.

En el año 548 a. C. se desató un voraz incendio que destruyó el antiguo templo construido por Trofonio y Agamedes. Se pudo levantar otro utilizando grandes medios, el cual fue finalizado en el 510 a. C.

Las huestes persas intentaron en 480 a. C. conquistar y apoderarse de los terrenos de Delfos, pero se desató una gran tormenta que les hizo huir.

El pueblo focidio, al que pertenecían los delfios, se apoderó del santuario en el 448 a. C. con ayuda de los atenienses.

Esto generó la segunda confrontación guerra sagrada y aun cuando se produjo la intervención espartana el año siguiente, ello no evitó que los focidios siguieron con el control político de Delfos, apoyados por Pericles, el magistrado e influyente abogado ateniense.

Delfos no logró recuperar su total independencia sino hasta el 421 a. C., luego del tratado de la paz de Nicias, en plena guerra del Peloponeso.

Tiempo después parte del templo fue destruido por una avalancha de rocas de los montes Fedríades, que se produjo por un terremoto. Su reconstrucción no se inició sino hasta el año 369 a. C.

En 346 a. C. los focidios dieron inicio a la tercera guerra sagrada, ocupando Delfos, ocultándose allí, lo que los llevó a adueñarse del oráculo durante diez años. En el 352 a. C., se reiniciaron los trabajos para reconstruir el templo.

La cuarta guerra sagrada comenzó en el 339 a. C., en virtud de que los locrios de Anfípolis, que se habían instalado en llanura de Cirra, intentaron cobrar una tasa a los peregrinos.

Sin embargo, en el 328 a. C., el rey Filipo II de Macedonia, que se había convertido en dueño del área, intervino y terminó esta última guerra sagrada con la derrota de los locrios.

Filipo II de Macedonia

Todos estos acontecimientos no permitieron llevar a cabo la restauración del Templo de Apolo en Delfos, sino hasta el 330 a. C. Años más se presentaron varias situaciones con el pueblo de los celtas que buscaba expandirse a Grecia, aun cuando Macedonia se los impedía, hasta que las pugnas internas el 280 a. C. entre el antiguo reino de Macedonia de Filipo y el de Alejandro debilitaron este escudo protector.

Por tal motivo, los celtas derrotaron a los macedonios, quedando libre el camino a Grecia.

Estos planes celtas se dieron en época invernal, estando el Parnaso nevado, cuyas condiciones climáticas, aunado al apoyo de los griegos de Etolia y Fócida, se pudo salvar el templo.

El santuario quedó bajo el control de la Liga de Etolia durante todo el siglo III a. C. y hasta el 168 a. C. Más tarde, sucedió la llegada de los romanos en el 167 a. C., al vencer a las tropas de Perseo, controlando Macedonia y Delfos.

Luego en el 86 a. C., en virtud de las guerras entre el dictador Sila y Mitrídates, rey del Ponto en Asia Menor, obligaron a los delfios a entregar las ofrendas en oro al dictador para financiar sus contiendas.

Sila, el dictador

El santuario fue objeto de varios saqueos en el 83 a. C. por parte de los medos, pueblo de Tracia, incendiando el techo al marcharse.

Se recuperó parte de las instalaciones bajo la protección del primer emperador romano Augusto, restaurando parte de su brillantez, restableciendo las 3.000 estatuas que aún había en el lugar.

En el año 67, Nerón se apoderó de casi 500 estatuas e hizo una repartición de Cirra entre sus legionarios.

La dinastía Antonina del Imperio romano y especialmente el emperador Adriano en el siglo II se convirtieron en verdaderos benefactores del santuario. Se construyeron gradas de piedra en el estadio.

Adriano

Aun cuando los delfios en honor al emperador Constantino hicieron erigir dos estatuas, éste despojo al santuario de varias piezas, entre ellas el trípode de Platea para adornar su nueva capital, Constantinopla.

Luego se intentó hacer renacer el templo por iniciativa del emperador romano Juliano el Apóstata, pero fue en vano pues en el año 390 fue clausurado por decreto de Teodosio I, quien ordenó prohibir todos los cultos que fomentaran supersticiones y rituales paganos.

Seguidamente se estableció en Delfos un obispo y en el siglo siguiente se construyó una basílica al oeste del santuario abandonado.

El último templo

El último Templo de Apolo en Delfos fue construido en el siglo IV a. C., con una proporción similar al segundo templo, manteniendo el patrón de seis columnas de toba en el frente y quince en los lados en el estilobato.​

Fue construido en estilo dórico y en la cámara interior se hallaba el áditon, el centro del oráculo de Delfos y el asiento de la Pitia. Para entrar al templo se dispusieron tres escalones en la parte frontal.

Incluía la sala subterránea del templo o áditon, en el que se encuentra el ónfalo y donde borboteaba el agua de la fuente Casótide.

Se reservó el espacio donde la sacerdotisa de Apolo pronunciaba sus oráculos, así como el de los sacerdotes encargados de la interpretación y transcripción.

En cuanto a la parte meridional, ésta se asentaba sobre una muralla, que a su vez apoyaba en una terraza inferior sostenida por un muro poligonal.

Sobre esta terraza, entre otros edificios, se encontraba probablemente, la sede de la Pitia. El monumento fue restaurado en parte en 1938.

Inscripción en el Templo de Apolo: “Conócete a ti mismo”

La Vía Sacra

La Vía Sacra era la calle principal del tememos o conglomerado de edificaciones que constituyen el santuario de Delfos.

Esta vía se iniciaba en el extremo sureste del recinto sagrado y ascendía en un recorrido de unos 400 m, pasando por pequeños edificios, a los que se llamaban Tesoros, la entrada del estadio y de otros monumentos votivos, hasta llegar a la entrada del templo de Apolo.

La vía tiene una fuerte pendiente y entre 4 y 5 m de ancho y en todo su recorrido se pueden apreciar gran cantidad de “Tesoros”, exvotos u ofrendas y estatuas que demuestran el reconocimiento de las ciudades griegas hacia el dios Apolo.

Las ofrendas o exvotos de los donantes eran una manifestación de riqueza y poder, con las que esperaban expresar debidamente su veneración y reconocimiento al dios.

Son, además, testimonio evidente de la individualidad y rivalidad y de la división del mundo antiguo griego.

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