Jean-Paul Sartre fue un excelente escritor a quien se le considera como el padre del existencialismo contemporáneo. Utilizó su filosofía y literatura como instrumentos para comprometerse en las luchas sociales y políticas de su tiempo. Acompañó sus dotes intelectuales de un alto sentido de compromiso político que le llevó a ser un reconocido activista.
¿Quién fue Jean-Paul Sartre?
Filosofía, literatura, dramaturgia, ensayo y activismo político son solo algunos de los campos abordados por este pensador de origen francés. Fue referente de varios movimientos como el existencialismo, el posmodernismo y el marxismo humanista. Asimismo, un destacado estilista de la prosa, cuyo genio le llevó a ser galardonado con el Premio Nobel de Literatura, reconocimiento que rechazó.
Obtuvo numerosos logros y no estuvo exento de errores, pero jamás, como apuntó Louis Althusser, “se comprometió en lo más mínimo con el poder”, ya que tenía el convencimiento de que todos nacemos para ser libres. De ese modo, Jean-Paul Sartre pasó a ser catalogado como filósofo de la libertad.
En cada una de las páginas de sus libros dejó patente sus diferentes compromisos sociales y políticos, entre los que se encontraban haber sido parte de la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial, haber participado en el conflicto franco-argelino y en la revuelta de estudiantes de mayo de 1968, así como haber mostrado sus simpatías con el maoísmo en sus últimos años.
En los años 1970, comenzó a deteriorarse su salud, lo que le obligó a dejar de lado la lectura y escritura a causa de una creciente ceguera. No obstante, al haber pasado cuatro décadas desde su muerte, su enorme legado filosófico y literario, aún fascina a muchas generaciones de pensadores y a entusiastas de sus ideas.
Ellos son el motivo por el cual Sartre escribía. En una de sus incontables participaciones televisivas, cuando se le preguntó ¿A qué tipo de persona estaba dirigido su trabajo?, ¿Cuál era su público objetivo?, Sartre contestó: “Estudiantes, docentes, gente realmente interesada por la lectura, a quienes suelo llamar viciosos de la lectura”.
Biografía
Jean-Paul Sartre nace en Paris, Francia, en 1905, quedando solo al cuidado de su madre Anne-Marie Schweitzer, ya que a sus quince meses su padre, Jean-Baptiste Sartre, un oficial naval, muere a causa de una fiebre. En su crianza también participaron sus abuelos maternos Louise Guillemin y Charles Schweitzer.
Cursó su formación básica en diferentes instituciones, aunque la concluyó con tutores privados. Se mudó con su madre a La Rochelle luego de que ésta se casara de nuevo en 1917. En dicha localidad Sartre se diploma como bachiller, para luego volver a París para inscribirse en la École Normale Supérieure.
Se graduó allí como filósofo en 1928, conociendo entonces a la mujer a quien amaría y acompañaría toda su vida, y quien también sería, más adelante, catalogada como una de las más importantes pensadoras del siglo XX, Simone de Beauvoir.
Redactó sus primeros escritos mientras estudiaba educación superior, etapa en la que también desarrolló interesantes interpretaciones que formarían parte de sus futuras obras. Impartió clases luego de completar su servicio militar en 1929, mostrándose entonces muy atraído por la corriente filosófica de la fenomenología.
Al trasladarse a Alemania para cursar un posgrado, su interés por esta disciplina se profundizó principalmente influido por Husserl y Heidegger. En los años 1930 y 1940 publicó un conjunto de obras que establecieron su ideario y una nueva y única forma de pensar, impactando decisivamente el curso de la filosofía occidental, la literatura, el teatro y el ensayo.
“La Náusea”, una de sus obras literarias más reconocidas, y donde expuso su pensamiento filosófico, fue publicada en 1938. En ella dio a conocer algunos de los principios de lo que terminó por consagrarlo como miembro de la intelectualidad moderna de Francia: el existencialismo.
El libro de mayor relevancia de Jean -Paul Sartre, “El Ser y la Nada” fue editado en 1943. En él analizó con detenimiento los fundamentos del movimiento existencialista, exponiendo algunos conceptos esenciales como el “ser en sí” (lo que es y no puede dejar de serlo para ser algo distinto) y el “ser para sí” (el ser con capacidad de proyectarse y salir de sí, pero que igualmente es y logra ser todo lo que eligió).
Al desencadenarse la Segunda Guerra Mundial, trabajó como meteorólogo para el Ejército francés. Fue apresado por los nazis en 1940, pero un año después ya estaba en libertad. Posteriormente, se desempeñó como docente en el liceo Condorcet y escribió para el periódico de la resistencia francesa “Combat”, como también lo hizo el pensador Albert Camus.
La popularidad de Sartre creció enormemente, por lo que abandonó para siempre la enseñanza, dedicándose únicamente a escribir. A partir de entonces dio origen a textos como “Los Caminos de la Libertad” (1945-1949), “Las Manos Sucias” (1948), la serie de ensayos “Situaciones” (1947-1976), “Crítica de la Razón Dialéctica” (1960) y piezas de crítica literaria como “Baudelaire” (1947) y “San Genet” (1952).
Fundó la célebre revista “Les Temps Modernes” junto a Raymond Aron, Maurice Merleau-Ponty, Simone de Beauvoir y Samuel Beckett. Fue uno de los impresos intelectuales de izquierda de mayor influencia en la etapa de posguerra.
En 1964, Sartre fue galardonado con el Nobel de Literatura, premio que rechazó ya que consideraba que la cultura no debía estar subordinada a los sistemas y aparatos institucionales. Murió en París a sus 74 años un 15 de abril de 1980, luego de padecer una enfermedad que le había separado años antes de la dirección del diario Libération.
Obras
Jean-Paul Sastre fue un creador muy prolífico ya que no solo publicó libros filosóficos y novelas, sino que también produjo ensayos, críticas literarias, obras teatrales, guiones para cine, entre otras manifestaciones creativas.
Novelas y Relatos
- La Náusea (1938).
- El Muro (1939), Colección de Novelas Cortas.
- Los Caminos de la Libertad (1945-1949), Trilogía.
- La Suerte está Echada (1947).
Obras Filosóficas
- La Imaginación (1936).
- La Trascendencia del Ego (1938).
- Bosquejo de una Teoría de las Emociones (1939).
- Lo Imaginario. Psicología Fenomenológica de la Imaginación (1940).
- El Ser y la Nada (1943).
- El Existencialismo es un Humanismo (1945 y 1949).
- Crítica de la Razón Dialéctica (1960).
- Critique de la Raison Dialectique II : L’intelligibilité de l’histoire, libro publicado tras su muerte (1985)
Otros Libros
- Reflexiones sobre la Cuestión Judía (1946).
- El engranaje (1948).
- Las Palabras (1964, autobiografía de su infancia).
Teorías de Jean-Paul Sartre
Uno de los más grandes aportes de Jean-Paul Sartre a la filosofía occidental, es la asociación que él hace del existencialismo con la libertad del ser humano, lo que lleva a asegurar que el núcleo de su pensamiento era la preciada noción de libertad.
Jean-Paul Sartre y el Existencialismo
Sartre dijo que la existencia humana no tiene sentido y la vida es una insensatez, una pasión vana, por lo tanto, no tiene finalidad, ni rumbo, ni esencia. En ello se fundamenta el pensamiento existencialista de este filósofo.
La circunstancia de que no exista sustancia o esencia alguna, se evidencia justamente por el reconocimiento de la misma existencia y de la libertad en la que vive su vida el ser humano, obligado permanentemente a elegir. El ser humano, emana de esta libertad, la cual es la única justificación de la existencia.
Su concepto de existencia se resume en la siguiente expresión, paradigma del pensamiento existencialista, “la existencia antecede a la esencia”, distinción anteriormente señalada por Santo Tomás, quien la toma de Avicena (Ibn Sina) y la utiliza para separar a los seres prescindibles de los necesarios, donde Dios es el único necesario y el único en que esencia y existencia son lo mismo.
De lo anterior se desprende que la esencia de Dios es su existencia. En los seres prescindibles la existencia no es asunto esencial, ya que podrían existir o no. Al ser radicalmente ateo, Sartre niega que Dios existe, por lo que su concepto de existencia es diferente.
Al no existir un Dios eterno, se desvanece igualmente la noción de una esencia eterna a la que una deidad le ha dado existencia. Dios no ha creado al humano ni es la puesta al día de una esencia concebida por él. Simplemente, “está ahí” como una realidad sin esencia predefinida, y la existencia humana está únicamente supeditada a eso.
El existir, no es posterior a la esencia, ya que es la existencia la que antecede a la esencia. Ello se debe a que la esencia, el “ser” es consecuencia de la existencia humana, de su acto voluntario. En la medida que va existiendo es que el ser humano se construye como lo que es.
La Libertad
En el pensamiento de Jean-Paul Sartre el concepto de libertad es esencial, entendiéndola como fundamento de la existencia y esencia humana, la cual se realiza en tanto que el ser humano se hace. La libertad se constituye asimismo como la más grande desdicha humana, ya que su destino es ser libre. Los humanos gozan de libertad libres pero su existencia es prescindible.
Para Sartre el ser humano se asemeja a la nada, de hecho, es la nada, ya que es un “ser para sí” y no un “ser en sí”, donde este último es lo positivo y, por ende, el primero es la negación. El “ser en sí”, rechaza la nada. El ser humano, que es un “ser para sí”, tiene tendencia a la nada en cuanto tiene conciencia de su existencia y de su libertad, y allí se encuentra su propia esencia.
En la angustia es donde esa libertad se revela al ser humano, un sentimiento característico de aquel que es consciente de su indefinición, de su libertad, de aquel que se conoce y entiende como nada. El humano busca dejar de ser libre, para emanciparse de su angustia, pero le resulta imposible lograrlo dada la condena que pesa sobre él.
Influencia y Críticas
“El Ser y la Nada” fue la obra de Sartre que definió la etapa inicial de su carrera, la cual fue seguida por una segunda fase de activismo político e intelectual. El hecho de ser un intelectual e involucrarse en política a un mismo tiempo lo analizó en su escrito de 1948 “Manos Sucias”.
Pese a simpatizar con la izquierda y haber apoyado a Argelia en su lucha por independizarse del colonialismo francés, hasta entonces no se había inscrito en el Partido Comunista Francés. Igualmente fue contrario a la guerra de Vietnam y se ocupó en organizar, en conjunto con Bertrand Russell y otras destacadas personalidades, un tribunal para dar a conocer los crímenes de guerra que allí cometió Estados Unidos.
Nunca abrazó la ideología marxista, puesto que esa filosofía no se aviene con el existencialismo sartreano. De hecho, ambas doctrinas son incompatibles. De haber ocurrido así se habría visto obligado a abandonar por completo su obra más poderosa “El Ser y la Nada”, en la que glorifica el concepto de libertad.
Fue severamente crítico del estalinismo y, en la formación de su criterio político, experimentó varias etapas: la primera desde los tiempos de “Socialismo y Libertad”, grupo político francés que se resistía a la ocupación alemana; entonces redactó un programa que tomó como referencia a Saint-Simon, Proudhon y otros. En esa época estimó que el socialismo de Estado era contrario a la libertad individual.
Su evolución política le llevó a considerar adherirse al Partido Comunista Francés, para posteriormente apreciar los postulados filosóficos maoístas. Su libro “Crítica de la Razón Dialéctica” de 1960, fue su más importante trabajo en su tentativa de vincular existencialismo y marxismo.
La preeminencia que concedió a los valores humanistas de Marx y la consecuente relevancia que otorgó al joven Marx le condujeron a debatir con Louis Althusser, el más destacado intelectual comunista de los años sesenta en Francia. En el debate intentó redefinir la obra de Marx en un periodo pre-marxista, con generalizaciones sobre la humanidad, y un lapso genuinamente marxista, más formado y científico.
Uno de los eventos más controversiales que hasta la fecha se había registrado en algunos círculos filosóficos franceses fue el debate público en el que participó, y el cual fue el único que Jean-Paul Sartre perdió en su vida. No fue partidario de apoyar a los árabes durante la guerra de los Seis Días, política que sí fue respaldada por todos los partidos comunistas del planeta (salvo Rumanía).
Reunió a 200 intelectuales franceses en conjunto con Pablo Picasso, con el propósito de manifestar públicamente su oposición a la tentativa de destruir el estado de Israel. Para ello convocaron al fortalecimiento de los sectores antiimperialistas de ambos bandos, algo que estimaron era la única manera de alcanzar una paz justa y así llegar al socialismo.
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